El duelo es una respuesta natural a la pérdida, pero a menudo se malinterpreta y se discute poco en nuestra sociedad. Ya sea la pérdida de un ser querido, de un trabajo o de una relación, el duelo puede ser una experiencia compleja y abrumadora. En este post, exploraremos la importancia de darle normalidad al duelo y experimentar cada etapa y sentimiento que lo acompaña.
El duelo es una experiencia multifacética que puede manifestarse física, emocional y psicológicamente. Es un proceso que no se puede apresurar ni ignorar. Más bien, es algo que hay que aceptar y resolver. No existe una forma «correcta» de hacer el duelo y la experiencia de cada persona es única.
Una de las cosas más importantes que podemos hacer por nosotros mismos y por los demás cuando afrontamos el duelo es darle normalidad. Esto significa reconocer el dolor y la pérdida que sentimos y permitirnos experimentar toda la gama de emociones que los acompañan. Al hacer esto, podemos comenzar a sanar y seguir adelante con nuestras vidas.
A menudo se describe que el duelo tiene cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Si bien estas etapas pueden proporcionar un marco para comprender el duelo, es importante recordar que la experiencia de cada persona es diferente. También es importante permitirnos vivir cada etapa y sentir plenamente, sin juicios ni críticas.
Cuando llega el momento y se inicia el proceso de duelo hay algo común en todos y que no todos procesamos como debiéramos. El llanto, es un fenómeno natural y fisiológico que nos ayuda a procesar las emociones. Durante el duelo solemos pensar en dos cosas con relación a esto, una es: “tristeza profunda” y la otra “Tengo que dejar de llorar”. Lo peor que puedes hacer es impedirte a ti mismo desahogarte. Si lloras hasta la última lagrima, te sentirás aliviado. Puede que estes en ese momento de “tristeza profunda” donde pienses que si empiezas a llorar no podrás parar nunca más, pero créeme, no es así. Las lagrimas cesaran y te sentirás aliviado, lo que nunca van a acabar son los sentimientos e irán evolucionando conforme sanes el dolor.
Seguramente darte el permiso de llorar o no tenga más que ver con la forma en la que nos educan que con la naturaleza de tu pérdida. Debes llorar lo que necesites en el instante en que lo necesites, no reprimas ni una sola de tus lagrimas ya que te acercan a la sanación. Es posible que, en ocasiones, rompas a llorar repentinamente sin poder controlarlo y sin ninguna razón aparente. Y en medio de ese llanto desconsolado puede que te sorprendas de echar a reír. Es común tener un sentimiento de culpa, pero no es más que un mecanismo de autoprotección para poder aguantar el dolor. Se trata de la vida misma mezclada con la tristeza que sientes en ese momento.
En mi vida he tenido que afrontar todo tipo de duelos, pérdida de un ser querido, pérdida de un trabajo, pérdida de mi vida tal cual la vivía a causa de una enfermedad, pérdida de relaciones y los más duros que he vivido hasta ahora, la pérdida de un hijo a los 5 días de nacer y de un aborto posterior de 2 meses y medio de gestación.
El mero hecho de ser madre ya te hace pasar por un propio duelo y bastante duro ya que nunca jamás volverás a ser la que fuiste, y no tiene nada que ver con que tu vida cambie sino con que realmente te cambia cada célula de tu cuerpo e incluso tu cerebro camba física y cognitivamente.
El duelo es una parte natural y necesaria de la vida, y es algo que todos experimentamos en algún momento. Al darle normalidad al duelo y permitirnos experimentar cada etapa y sentimiento que lo acompaña, podemos comenzar el viaje de curación y seguir adelante con nuestras vidas. En los próximos días veremos cuales son cada una de sus etapas y como sobrellevarlas. Te contare algunas de las cosas que me ayudaron a mí.
Me encantaría que en comentarios me cuentes como sientes tu ese momento del llanto y como lo manejas, ¿lo dejas fluir? ¿O te reprimes por el que dirán?
Gracias, gracias, gracias!